El uso del tambor

07 diciembre 2008

El uso del tambor ha sido muy extendido en el mundo, se pueden encontrar tambores en cualquier rincón del planeta, Los primeros tambores, según lo evidenciado en los yacimientos arqueológicos, fecha del período neolítico. Un tambor encontró en ahuecar de la Moravia, fecha 6000 de A.C. e otras, encontró en la antigua Suméria, de 3000 a.C. En Mesopotamia han sido encontrados tambores pequeños proximadamente encontrados (tocados tanto vertical como horizontalmente) anticuados de 3000 que Tambores a.C. con las pieles filtradas había sido descubierto entre los dispositivos egipcios, de la CA 4000. Los primeros tambores consistieron en probablemente un pedazo del tronco hueco del árbol (perforado). Estos troncos fueron cubiertos en los bordes con las pieles de reptiles o del cuero de pescados y eran percutidos con las manos. Más adelante, fue comenzando a utilizarse las primeras pieles más resistentes. El tambor con dos pieles vino más adelante, así como la variedad de tamaños, materiales y dimensiones. Muchos métodos habían sido utilizados para fijar las pieles. En los tambores de una piel eran pregos, calambres, pegamento, etc usados. En los tambores de dos pieles eran las cuerdas usadas que pasaron para las punturas hechas en la piel apropiada. Los tambores europeos más modernos tenían generalmente la piel enparchada por la presión de dos aros, de el que esta contra el otro y de la piel por la madera.

El origen del término castellano "tambor" procede del persa tabir, sufriendo modificaciones del árabe, llamándose Tabl, Tbal, Tbel, introduciéndose en España con el nombre de Tabal; según la definición de la Real Academia Española de la Lengua (RAE) la palabra "tambor", quizá del ár. hisp. *tabbūl, hipocorístico del tabál) se define como instrumento musical de percusión, de madera o metal, de forma cilíndrica, hueco, cubierto por sus dos bases con piel estirada, que se toca con dos palillos, otras formas antiguas castellanas son las de atambor y atamor, cuya primera documentación se localiza en el poema del Mío Cid (S.XII):